La motivación en las Artes Marciales.

Hace poco, hablando con un alumno, este me decía: «Me cuesta muchísimo venir cada día a entrenar, estoy desmotivado, ¿que puedo hacer?». Y es qué aunque no lo creamos, esto es algo muy común, que a todos nos ha pasado en algún momento de nuestra trayectoria marcial. Hoy intentaré aclararos dudas y daros unas pautas para que consigáis vuestros objetivos.

Debemos saber que la motivación es un estado interno que activa, dirige y mantiene nuestra conducta hacia nuestro objetivo; es el impulso que nos mueve a realizar determinadas acciones y persistir en ellas. La motivación es lo que nos da energía y dirección a nuestro actos.

La motivación es un proceso que pasa por varias fases. Fase inicial, es el hecho de anticiparnos a nuestros sentimientos si conseguimos dicha meta (esto sirve para sentirnos bien o para dejarnos de sentirnos mal). En una fase intermedia, se activa la motivación, y nos da esa energía para conseguir nuestro objetivo, mientras vayamos caminado hacia el, iremos evaluando si vamos por buen camino o no, es decir, haremos una retroalimentación del rendimiento. Y, por último, la fase final: disfrutar del resultado.

Existen muchas diferencias individuales respecto a lo que motiva a cada persona y en la fuerza de sus motivos. Es decir, cada persona tiene sus propias motivaciones que pueden ser muy diferentes a las del resto. La persistencia es otra variable que no tienen todos los seres humanos por igual.

Antes de continuar debemos saber que la motivación es dinámica, está en continuo movimiento, es un estado de crecimiento y declive constante. Hay días en los que se puede notar mucha energía para luchar por algo y otros en los que cuesta mucho arrancar.

Teniendo en cuenta las características tan complejas que tienen los procesos de motivación hay algunas cosas que se pueden hacer para aumentarla.

¿Qué cosas puedes hacer para aumentar tu motivación?

• Prepara un plan de entrenamiento. Déjate guiar por tu Profesor/Maestro y divide tu meta final en pequeñas sub-metas. Y por supuesto, no olvides celebrar cada una de ellas.
• Guarda tu energía. Empléala en lo que realmente quieras conseguir. Prioriza tu esfuerzo y tu energía, tanto física como psíquica.
• No escatimes en esfuerzos y decisiones. Esto es, que si necesitas dar un paso o tomar una decisión: simplemente hazlo. En ocasiones tenemos que dedicar tiempo, o gastar dinero, en algo a corto plazo para conseguir el objetivo a largo plazo. Míralo como una inversión.
• Nunca pierdas de vista el objetivo. Cuando aparezcan inconvenientes, (lesiones, exámenes, trabajo…) asúmelos como parte del proceso. En el momento en el que decidiste empezar a practicar Artes Marciales no te importó asumir que ibas a tener que hacer cosas difíciles.
• No gastes tiempo en quejarte. Sólo te quita energías y no te soluciona nada.
• Oblígate a actuar. Habrá días en los que tengas poca energía y otros en los que tendrás que realizar entrenamientos que te gusten menos. En estos casos: autocontrol. Oblígate a hacerlo, no pienses en si tienes ganas de hacerlo o no. De hecho, no te hacen falta «tener ganas» para hacer las cosas. Todos hacemos muchas cosas a lo largo del día que no tenemos ganas de hacer y las hacemos, y una vez que las hacemos, nos damos cuenta de que no son para tanto. Primero se hacen las cosas y luego entran las ganas. Lo hago y punto, no pienso si me apetece o no.
• Aprovecha los días en los que te encuentres mejor. Alegre, optimista y con más energía para entrenar de forma mas intensa. Es en esos momentos en los que podrás avanzar y aprender muchos mas.
• Rodéate de personas optimistas. Con tus mismas ganas y valores. Todo se contagia, el pesimismo y el optimismo.
• Fíjate en la parte que llevas conseguida. A veces mirar atrás y ver lo que has avanzado nos hace coger energía para seguir adelante.
• Pero, sobre todo: disfruta del camino. Porque el ser humano disfruta de la ilusión cuando lucha por las cosas, no cuando las consigue. Una vez que hayas conseguido tu meta, tendrás que buscar otra nueva para volver a ilusionarte.